Elegir una buena esterilla puede parecer algo sencillo pero quienes practicamos Yoga sabemos que no todas son iguales.
La esterilla es tu espacio personal, tu pequeña “isla” durante la práctica.
En ella respiras, te mueves, equilibras y relajas. Por eso merece la pena dedicar un tiempo a escoger la adecuada.
Por eso siempre recomiendo a mi alumnado tener su propia esterilla.

Las características principales que debe tener una buena esterilla de Yoga son:
– Antideslizante. La superficie debe ofrecer una buena sujeción de tus pies y manos, sobre todo si sudas. Una buena adherencia es fundamental para que puedas realizar las posturas con seguridad sin resbalarte.
-Grosor. A menudo pensamos que una esterilla gruesa es buena para la práctica. En realidad, cuanto más grosor tiene, es más fácil que nuestras articulaciones sufran en las posturas de pie y en equilibrios. Una esterilla más fina entre 3-5 mm sería perfecta para lograr una buena estabilidad y conexión con el suelo. Para una práctica más meditativa, Yin yoga o restaurativa si que puede ser más conveniente una esterilla de más grosor que nos aporte confort de unos 6-8 mm.
– Material. Suelen ser de PVC que es más duradero y económico. Caucho natural de buena adherencia y de corcho o algodón si buscas materiales más naturales.
– Tamaño y peso. Elegir una esterilla que se adapte a tu altura y que no sea demasiado pesada si necesitas transportarla con frecuencia.
– Facilidad de limpieza. Es importante que la esterilla se pueda limpiar fácilmente. Si la usas a diario la puedas limpiar con un paño húmedo y jabón natural o vinagre diluido. Si son esterillas que usan varias personas como puede ser el caso de un Centro de Yoga, si el alumnado no tiene aún la suya propia, es imprescindible higienizarlas con productos un poco más fuertes, lo que hace que las esterilla se deterioren más rápidamente.

Además de la esterilla hay accesorios que acompañan tu práctica y pueden ayudarte a disfrutar y profundizar en las posturas de Yoga:
– Los bloques de Yoga. Son una extensión de tus manos. Ayudan a adaptar las posturas, mantener la alineación y hacer más accesibles algunos asanas. Facilitan y hacen que la postura sea más correcta. Pueden ser de corcho, espuma o madera. A mí particularmente me gustan los de corcho que son los que tengo en mi Sala de Yoga. Son resistentes y pesan más, lo que hace que se mantengan más firmes y no se muevan durante la práctica.
– Cinturón o correa. Nos ayuda para ganar flexibilidad y mantener una buena postura en asanas donde no llegamos fácilmente. Podemos estirarnos sin forzar.
– Almohadillas. Protegen las articulaciones si las tenemos delicadas o en posturas que mantenemos por un tiempo prolongado.
– Mantas. Sirven de apoyo para la cadera o para taparnos en la relajación final (Savasana) aportando calidez.
– Cojín de meditación (zafú). Ayuda a mantener la columna erguida y cómoda durante la meditación o pranayama.
Invertir en una buena esterilla y en algunos complementos de calidad puede transformar tu experiencia en la práctica de Yoga. Te van a aportar comodidad y encontrarte en un entorno en el que sientas seguridad, presencia y bienestar.
¡Ánimo y Feliz práctica!
Por Vanessa Martín Ardanaz.
Aquí os dejo un video de mi canal de Youtube en el que utilizamos algunos de estos accesorios.
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